Carta en la mesa

"Muñeca,

Perdona que no pude acompañarte a casa luego del trabajo, es que no sabes las cosas que pasaron en el trabajo, mi jefe se puso histérico como siempre, no hay quién lo aguante y tuve que volver por un rato que deseo no sea muy largo. Espero que sepas dispensarme si lees este mensaje, y aún no haya llegado a casa.
Te prometo que para la próxima iremos dónde tu quieras, mi amor. Se que en este momento, mientras lees estas líneas estarás algo enfadada, te imagino. Perdóname."


- Ya llegué.

La habitación oscura, como siempre, como siempre lo ha estado desde hace 5 años cada vez que llegaba del trabajo, con la esperanza de que esa carta fuese leída y alguien esperara durmiendo en la cama, o al menos pretender estar durmiendo.

FIN.

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