Maldito paro (o no tan maldito)

El pasado jueves 29 de Octubre, aparte del concierto de Gloria Trevi, hubo también como todos los años El Paro de Transportistas, criollamente hablando "no hay carro".

Diferente a lo que muchos hayan podido experimentar y conseguir o no carro en mi caso pues fue de la siguiente manera: Un día antes mi padre estaba diciéndonos que estemos precavidos porque en la radio ya estaban anunciando el paro y que posiblemente no podamos ir al trabajo. Llegó el día, y en un comienzo me invadió una indecisión si ir e intentar o quedarme en casa hasta el día siguiente.

Unas charlas por Messenger en el celular, me metí a la ducha, me cambié, comí lo que había en la mesa y salí a ver que pasaba. Llegué al paradero y encontré un poco mayor la cantidad de personas que usualmente suelen esperar en el paradero, pocas eran las 'combis' que venían e iban, repletas, 50% adicional, 100% adicional del costo del pasaje, minutos pasar, 10 minutos, 20 minutos, camionetas, colectivos, nada.

Hice una llamada a mi hermana que decidió quedarse en casa, luego de ello decidí jugármela, me subí a una de las 'combis' que sólo llevaban hasta un cierto punto de la ruta y de ahí tomar otro vehículo que recorra el resto del camino. No sucedió lo que esparaba, es más, era llegar y el inicio de una nueva espera, un poco más complicada, dónde nadie te quería llevar. Eran ya más de las 9:30 am por lo que decidí que enviar un mensaje excusándome que no podía ir al trabajo. Decidí regresar, pasaba por un puesto y sonaba un huayno interpretado de una manera fea para mi gusto.

Salió el sol, crucé la pista para subir al puente y regresar, el calor del sol sobre la piel, pensé en J y luego comenzó a sonar José María Arguedas en mi mente mientras un tipo que se dió cuenta que estaba algo desorientado me preguntó: "¿Qué está buscando?". No lo miré, seguí en mi rollo, subía el puente y Arguedas seguía cantando:

Tambobambino maqtatas, yawar mayu apamun (...) Wifala, wifala, wifala...

Luego de cierta espera tomé la 'combi' de regreso mientras recibí una llamada de un colega para realizar un trabajo de diseño web. Así fue aquél día, posteriomente me enteré que un compañero de trabajo si consiguió carro, otros que tampoco llegaron, en fin. El día había pasado y ya era algo irrelevante.

Saludos.