Estaba trabajando de madrugada, copiando y pegando data, escuchando
música o cualquier otra cosa que me mantuviera despierto, aparte de la
comida claro está. Andaba medio decaído, pensando en lo mierda que me ha
ido en estos últimos meses, el trabajo, el dinero, el hábito de búho
del cuál aún me cuesta adaptarme; hasta que de repente te cruzaste por
mi mente, de nuevo. Sé de alguien que se
enojará un poco al leer esto, (claro, si es que lo llega a leer) pero a
tí, tú sabes quién eres...discúlpame, es que no lo pude evitar y ambos
sabemos de quién estoy hablando.
Ahora, voy a escribir
dirigiéndome a esa persona y comienzo preguntándome: "¿Por qué?". No es
la primera vez que te apareces en mi mente, aunque sólo lo haces en
ciertos momentos no muy frecuentes. Pero fue justamente anoche que al
cruzarte por mi mente (de nuevo) me puse a pensar en tí.
Es más
que seguro que a tí no te pasa lo mismo, ha pasado tanto tiempo de
aquella última vez, esa experiencia medio rara que, al menos yo, en ese
entonces soñé con hacerla realidad. Estoy seguro que ya no estoy en tu
mente pero ni cuando vas a cagar. Quizás aquella noche estarías
durmiendo en tu cama, solo, o quizás con alguien luego de tener sexo. O
tal vez estarías teniendo una fiesta, se perfectamente que las fiestas
son tu debilidad anteponiéndolas a todo. Bueno, a casi todo, y dentro de
ese "casi todo", en aquel entonces, estaba yo.
O quizás,
quitándome pensamientos maliciosos, pensando en aquél que pudo ser y no
pudo por tu misma indecisión, tu inmadurez, porque después de todo, eras
y sigues siendo un "peque" de carácter. Cuando te conocí yo era un poco
menos "peque" en ese entonces, y debo decirlo porque yo también cometí
errores, pero comparados con los tuyos, bah! la balanza terminaría
rompiéndose por tu lado.
Quizás pensando en ese aquél que
muchos años atrás iba conociendo y había formado un vínculo de amistad
hasta que descubrí su idilio contigo a mis espaldas luego de habértelo
presentado y OH SORPRESA! luego me estarías dando la patada de burro.
Recibí el puñal que ambos clavaron en mi ser. En ese entonces no pude,
no lo concebí pero la realidad estaba ahí. Ese aquél, con quién nunca
tuviste vergüenza de demostrar cariño delante del resto aunque conmigo
sí. Sólo determiné que ese aquél es a quién verdaderamente amabas,
siendo yo, al final, una simple pieza descartable.
Pero
también, ese aquél, sabrá Dios los motivos, me pidió perdón. Perdoné. No
fué la primera vez que me pidió perdón puesto que no fue la primera vez
que tropezaba de nuevo con la misma piedra. Igual, perdoné. Luego de
una serie de discusiones y arrepentimientos, perdoné. Lo perdoné a él.
Pero a tí, a tí fue mucho más difícil. Creí perdonarte, creí
reconciliarme, pero aún así seguías siendo el mismo de antes y
continuaste así hasta el último día. Quizás, hasta ahora.
¿Qué
estarás haciendo? ¿Estarás feliz? ¿Triste? No lo sé. Lo único que sé, es
que a pesar de todo, a veces te cruzas en mi mente. Quiero pensar que
esto se debe a la actual soledad de mi corazón. ¿Cambiará? El tiempo lo
dirá.
Escribiendo estas líneas me hace sentir un poco mejor,
estar poniendo detalles o demás cosas ya sonaría ridículo y cambiaría el
tono de esta reflexión.
De alguna forma u otra no me siento
del todo solo, quiero dejar en claro eso para que no se malinterprete
como un "arrastramiento". Ya han pasado los años, y me siento feliz
porque he conocido gente de todo tipo y las seguiré conociendo en lo que
me quede de vida.
No sé como terminar ahora. Sólo deseo que las cosas mejoren para mí porque no están nada bien y no sentirme más decaído.
Neko.