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"Carta abierta al Presidente" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 382.


Carta abierta al Presidente



Lima, 2 de febrero del 2018
Señor Presidente Constitucional de la República
Don Pedro Pablo Kuczynski:


Usted, señor Presidente, impidió, con su angustioso triunfo electoral, que el Perú cayese en manos de la organización que, más allá de matices y escaramuzas consanguíneas, es heredera de Alberto Fujimori y sus métodos. Usted fue la trémula opción que el país se inventó como una urgencia con tal de no ver al fujimorismo, otra vez, secuestrando a las instituciones y ejerciendo la infamia desde el poder.

Usted, en suma, señor Presidente, nos salvó. Eso merece nuestra gratitud.

Es cierto que la organización de vocación criminal que preside Keiko Fujimori se hizo con el Congreso, pero eso fue consecuencia de una tarada ley electoral que convierte a las minorías relativas en mayorías absolutas y que, al desfasar la primera de la segunda vuelta, produce situaciones como las que hemos vivido durante estos últimos meses.

Lo cierto, señor Presidente, es que usted recibió un impecable mandato popular que lo obligaba a enfrentar a la mafia fujimorista que había derrotado con los votos de la gente (¿recuerda los votos del sur, Excelencia?).

Pero usted tomó otro camino. Usted se entregó, sin que nadie lo exigiera, sin que las circunstancias lo demandaran, a la indigna tarea de congraciarse con el partido que ni siquiera había reconocido su triunfo y que mostró, desde un principio, la voluntad de sabotear su gobierno sin medir consecuencias.

Entregó usted la SUNAT al partido cuyo fundador y líder vitalicio llevaba millones de dólares en costales a Palacio de Gobierno. Nombró usted como directores del Banco Central de Reserva a José Chlimper, el ministro de Fujimori que dictó una ley para favorecerse a sí mismo y que años más tarde falsificó un audio para limpiar a su jefa, y a Rafael Rey, el todoterreno del oportunismo con denominación de origen fujimorista. Desde esa misma pusilanimidad, usted, señor Presidente, cedió en el asunto del Defensor del Pueblo.

Es tiempo de que alguien le diga, señor Presidente, lo que sentimos muchos cuando lo vimos arrastrarse ante el fujimorismo. Sentimos vergüenza. Y la sentimos doblemente cuando el señor Zavala hacía malabares para sonreír cada vez que la bancada de los Marcenaro y los Siura reencarnados bloqueaba proyectos que el Ejecutivo, y el país, consideraban importantes.

El Congreso mandaba.El Congreso gobernaba. El Congreso dictaba la agenda política. Y usted, señor Presidente, quería hacernos creer que su debilidad era señal de tolerancia y de afán negociador.

Usted no negociaba nada. Se dejaba arrastrar por la maquinaria fujimorista. Y eso se vio agudamente cuando usted dejó solo al ministro de Educación censurado y cuando tramó la renuncia del ministro Vizcarra, a punto de ser censurado por insistir en un proyecto en el que usted, internamente, había insistido.

Fingía usted gobernar rodeado de una tecnocraciasalida de las revistas de páginas sociales. Y lo hacía dándole la espalda a la gente que lo llevó al poder y al partido del que se sirvió cuando de hacer la campaña se trataba.

Ahora es usted aliado de una facción fujimorista que propone la gobernabilidad a partir de diez asientos en el Congreso. Frente a esa bancada, en la que las luces no abundan, están las que están preparando la segunda ola por la vacancia presidencial.

La verdad es que esa opción, que parecía descartada con la votación de diciembre, parece ahora más creíble que nunca. Y no porque el fujimorismo rencoroso esté detrás de ella sino porque se ha extendido una conciencia nacional, señor Presidente, que lo descalifica para continuar al mando del país.

La mayor parte de los peruanos -un 80% según la interpretación que hagamos de las últimas encuestas- desaprueba lo que usted hace, señor Presidente. Mejor digámoslo así: un 80% de peruanos es consciente de que usted no hace nada relevante. Para ese amplio sector, señor Presidente, usted es una nulidad.

Y es cierto que usted es una nulidad. Secuestrado por la frivolidad, sin rumbo, sin programa, sin carácter, sin metas ni sueños que cumplir, es usted un Presidente superfluo, un mandatario de oropel, un líder de cartón prensado.

Y es usted, fundamentalmente, un obstáculo para que lleguemos al 2021 en democracia. ¿O alguien puede imaginar que el desborde social que nos amenaza podrá ser enfrentado por usted y el equipo de vagos y aprendices de políticos que lo rodea? ¿Queremos un país en anarquía llegando a su bicentenario?

Por todas estas razones le pido a usted, señor Presidente, con la más absoluta humildad, que renuncie al cargo. Hágalo antes de que el cúmulo de revelaciones sobre sus turbios negocios le permita al fujimorismo tramar una nueva vacancia y salir, esta vez, triunfante.

Nos salvó usted del fujimorismo. Sálvenos ahora de usted mismo, señor. Que Martín Vizcarra asuma su cargo, tal como la Constitución lo ordena. Ningún gobierno, a excepción de uno en manos de los Becerril y los Salaverry, podrá ser peor que el suyo.

Renuncie de una vez, señor Presidente. Hágalo por el país que dice amar.


Muy atentamente,
César Hildebrandt.

Don & Stevie: Una rareza folk

En 2013, el sello Finders Keepers Records lanzó una serie de canciones inéditas grabadas a finales de la década de los 60's por el matrimonio Don & Stevie Gere. Anteriormente, FKR lanzó el soundtrack del filme de culto "Werewolves on Wheels" realizado justamente por Don Gere, sin embargo esta compilación de grabaciones acústicas nos revela un sonido folk que estuvo guardado por 40 años hasta entonces.


American Lullaby
Live Our Life
Sweet Sugar
Talked About World
Keep An Eye On You
Another Blue Day
What Do You Think Of Me
Kindly
Tell Me Now
I've Been Wrong (CD Bonus Track)
Laying By The Riverside (CD Bonus Track)


En su momento se había lanzado una canción del disco en Soundcloud del cuál había dejado un comentario, y reafirmo mi opinión, "Live Our Life" es una bella canción y por el sonido, estoy seguro que el resto del álbum promete ser bueno.




Saludos!

"Por qué no votaré por Alberto Fujimori" por César Hildebrandt

[Por esto y muchas otras cosas más, yo tampoco votaré por él]


Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 293.

Por qué no votaré por Alberto Fujimori


No votaré por Keiko Fujimori porque votar por ella es, en realidad, votar por su padre. 

Keiko Fujimori no existe. Es uno de los seudónimos del reo. Es como decir Luz Salgado, una de las entidades que esconden al asesino y ladrón que fundó la dinastía. Es como decir Martha Chávez.

El fujimorismo es una unanimidad compacta, un modo masivo y sombrío de mirar el mundo. El fujimorismo es nuestro modo de ser norcoreanos.

No votaré entonces por Alberto Fujimori porque así no votaré por la gentuza que apoyó el golpe de Estado, que celebró las ejecuciones extrajudiciales, que no dijo una palabra cuando las instituciones fueron devoradas, que avaló el fraude del año 2000. No votar por Alberto Fujimori es no votar por lo más supurado del Perú.

La vieja derecha, la de siempre, la que sigue diciendo que la reforma agraria no debió hacerse, está feliz con el regreso de Alberto Fujimori. Espera, claro, que le paguen los bonos de la reforma y que las asignaciones de obras públicas vuelvan como en la época de J.J. Camet presidiendo la repartija.

¡Qué voracidades acechan ante el más que posible regreso al poder de Alberto Fujimori!

Para empezar, la lista de prófugos familiares y afines está allí, a la espera de que jueces pertinentes los prescriban, los absuelvan, los borren de fichas de Interpol.

¿Qué planes tendrá Ernesto Schütz Landázuri para Panamericana TV? ¿Y cómo se aplicará el talento de Daniel Borobio, de vacaciones en Chile por ahora? ¿Reivindicarán a Blanca Nélida Colán? ¿Qué embajada le espera a la Chávez? ¿Kerosene tendrá algún cargo en Interior? ¿A qué geisha pondrán en el 7?

En Eisha se frotan las manos, salivan de más. Están seguros de que la aburrida y revoltosa democracia terminará con Alberto Fujimori retornado. "Los buenos tiempos están a punto de volver", deben estar diciendo. En efecto, si la democracia es el territorio de la duda y, a veces, el laberinto del consenso arduamente buscado, el fujimorismo es la democracia entendida por un sátrapa, de esos que no vacilan en poner la bala donde otros ponen palabras suasorias. Alberto Fujimori redimido volverá con toda plenitud de hombre fuerte, de macho que no teme al que dirán. De modo que ya saben los protagonistas de los más de 200 conflictos sociales en estado de latencia: lo que viene es que Tía María va y que Conga va porque somos un país minero, ¿entendiste, Paco Yunque? ¿Entendieron, mamarrachos instigados por las ONG rojas, esas que Chlimper mandaría a cerrar? La derecha de Kapala sueña con King King gobernando Nueva York y con Alberto Fujimori gobernando el Perú.

¿Pero es que no podemos concederle al fujimorismo la posibilidad de haber cambiado, oiga usted?

No. Porque no ha cambiado. Si hubiese cambiado, habría hecho un examen de conciencia y nos habría pedido perdón por lo arrasado y lo ensuciado y lo matado. Pero el fujimorismo no sólo no ha pedido perdón: se jacta de su pasado, vive y se nutre de él, llama faltas a los delitos y quiere hacernos creer que Montesinos fue el autor de los crímenes y los robos mientras Fujimori se dedicaba a gobernar. Pero resulta que el leal Montesinos robaba para la camarilla y compraba diputados para la camarilla y sacaba dinero del presupuesto de defensa para que los hijos del jefe de la banda estudiaran en los Estados Unidos.

No, no votaré por Alberto Fujimori el 10 de Abril.


"Votar por la derecha es un suicidio" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 294.

Votar por la derecha es un suicidio 


Están asustados. Ahora quieren el triunfo en primera vuelta. No vaya ser que la roja, la chola igualada, la comunista le gane a su representante en el ballottage.

Si la derecha peruana fuera letrada y simpática, qué país sofisticado tendríamos. Pero es un hecho que tenemos la derecha más hirsuta de Sudamérica, la menos dispuesta a hacer concesiones, la menos hábil para releer el mundo que se ha creado en estas últimas décadas.

Cuando la Unión Soviética y el imperio del Pacto de Varsovia implosionaron, la derecha peruana, que había leído las solapas de los libros de Fukuyama y había hecho su "culturita" en las charlas de Enrique Chirinos Soto, creyó que el mundo se detenía, que el debate había terminado y que un solo libreto se impondría en el gran teatro del mundo.

Pero después han sucedido cosas importantes. Una de ellas, la de mayor relevancia, es el reconocimiento científico y mundial de que el planeta se está muriendo y que la era antropocénica en la que entramos nos pone ante el desafío de la sobrevivencia.

No hay posibilidad alguna, desde un punto de vista racional, de continuar con este modelo devastador de desarrollo mundial depredador y bestial. No hay posibilidad alguna, desde la ética social, de seguir alentando el consumismo que nos hace cada día más ansiosos por las naderías. No hay posibilidad alguna, desde la prospectiva estadística, de continuar con esta dependencia de los hidrocarburos.
No hay posibilidad alguna de seguir teniendo como paradigma sacro el modelo que nos obliga a crecer tanto por ciento al año a costa de contaminarlo todo con el miasma del llamado progreso. No hay, en suma, modo alguno de seguir creyendo que el capitalismo salvaje nos sacará del abismo al que nos ha arrastrado. No habrá solución planetaria sin consensos próximos al socialismo, entendido este, precisamente, como la primacía de lo comunitario.

El mundo, tarde o temprano, se dirigirá a nuevo rumbos. Hay ya pequeñas ciudades en Europa que tienen su propia moneda comunitaria y que están logrando contratos sociales novedosos basados en la conservación del ambiente y en la reivindicación de aquella utopía olvidada por las hienas: la paz social, la concurrencia libre de intereses, la búsqueda de la felicidad. Hay economistas, cada día más importantes, que pregonan el "no crecimiento" como una solución futurista que tendría que haber empezado ya. Y hay en todo el mundo una ola de desasosiego y rabia causada por la creciente desigualdad que el liberalismo sin conciencia no ha hecho sino acrecentar.

El mundo, en suma, no puede seguir estando en manos de banqueros ladrones, corporaciones sin ley, jefes de gobierno al servicio del crimen y de las guerras.

En medio de todo este debate que atañe a lo que pasará con nuestros nietos, la derecha peruana aparece como un personaje de Bryce, una señora huachafa y aterrorizada porque alguien habla de cambiar la Constitución que se armó tras el golpe de Estado. Sí, esa Constitución que dice que lo privado es absoluto y que el Estado minimalista debe abandonar sus obligaciones nacionales de arbitraje y tuición social. El imperio del hampa empresarial se construyó también bajo su sombra.

La derecha peruana lee "Perú21" y cree que allí están todas las respuestas. Lee "El Comercio" y cree que Roberto Abusada es un experto desinteresado. Lee a Carlitos Adriazén y suspira de alivio. Lee a Arturo Salazar Larraín y ya no necesita visitar museos. Está loca la derecha peruana. Ignora lo que se cocina en el sur, no tiene la menor idea de la indignación que producen sus medios concentrados, su terquedad ígnara, su desprecio, el egoísmo de clan de sus propósitos, su fujimorismo manchado de sanguaza, la espesa niebla con la que pretende cancelar todo debate y llamar "populista" o "rojo" a todo aquel que no toque ese mismo vinilo que no cesa de sonar.

Fue la derecha peruana la que produjo a Sendero Luminoso. Y si Velasco Alvarado no hubiese hecho la reforma agraria, Sendero Luminoso habría tenido el apoyo de grandes masas resentidas por el gamonalismo serrano. Fueron esos campesinos favorecidos por Velasco los que, a la postre, decidieron la derrota de Guzmán y sus huestes asesinas. Es tan ciega y tan torpe la derecha peruana que ni siquiera pudo darse cuenta de eso.

Votar por la derecha es votar por lo que nos ha postrado y desintegrado como nación. Votar por la derecha es votar por el Perú de las derrotas, del aire viciado, del conformismo que oxida. La derecha es el pasado que se niega a morir. Es la vieja actriz que luchará con todos sus trucos y todos sus escotes para no salir de escena. Y si la izquierda ha aprendido la lección y ya no postula que Cuba es el paraíso, si ya no dice que la Venezuela de hoy es un ejemplo, si ya no cree que la responsabilidad fiscal es una tontería ni sostiene que la inversión privada es prescindible, entonces es que el tablero está definido.

Róisín Murphy: "Hairless Toys" o el porqué la fama no lo es todo

Han pasado 8 años desde que salió "Overpowered", luego de varios singles, colaboraciones y un EP en italiano llamado "Mi Senti", por fin la cantante irlandesa lanza su nuevo álbum de música electrónica: "Hairless Toys" (2015), el cuál me enteré de su existencia hace unas semanas. Sí, he estado muy desconectado de ciertas cosas.


Luego de formar parte del dúo "Moloko" el cuál tuvo su éxito con la canción "Sing It Back" y lanzar su primer álbum solista llamado "Ruby Blue", el éxito del segundo disco "Overpowered" (2007), el cuál, dicho sea de paso y concuerdo con ello, calificó a Róisín de "Reina del Electropop" por el público mucho antes de que saliera una tal "Lady Gaga" copiándole todo el estilo junto con el de otras más.








Sin embargo, recuerdo cuando esperaba con ansias un nuevo álbum en aquél entonces, pero los años pasaron y pasaron. Recuerdo que salió la noticia de que Róisin se embarazó e iba a dedicarse a su maternidad, sin embargo eso no evitó que lanzara algunos temas sueltos como "Orally Fixated", "Momma's Place", o esta maravilla llamada "Simulation".




Llegó el 2015, y por fin, Róisín lanza su tercer álbum: "Hairless Toys", cuando empecé a ver los videoclips de los singles ya lanzados del disco, me encontré con un sonido completamente diferente, minimalista y una imagen retro de la cuál Róisín inconscientemente no puede escapar como vemos en las canciones Explotation y Evil Eyes




Debo decir que el look es muy de los 90's, una mezcla entre Lady Diana y Encarna Sánchez


En mi opinión, considero que para poder entender este cambio radical es, primero, es tener paciencia, dejar sentir que los temas fluyen por sí solos; y segundo, leer esta interesante entrevista a Róisín, la cuál explica el porqué del título de este post. Sólo así podrán entender el sentido de este nuevo disco, al menos eso a mí me funcionó.

Considero que a diferencia del disco anterior, "Hairless Toys" tendrá un éxito modesto, muy modesto quizás, pero creo que a Róisín no le importe mucho, ella es una estrella existosa a su manera.

Saludos!

Neko.

"La Escuela de la Vida" - Zaratustra (Jodorowsky)

La Escuela de la Vida:

- "La experiencia es la escuela de la vida"
- "La pornografía es inmoral"
- "La policía siempre vigila"
- "Pórtate bien e irás al cielo"
- "Ahorra para el futuro"
- "La juventud está perdida"
- "Eso le pasa por ser chaparro"
- "Pobres negros pero son hediondos"
- "La revolución nos ha hecho justicia"
- "Amor es el pan de la vida"
- "Se murió, tan bueno que era"
- "No le hables, es una adúltera"
- "Pobrecito, está cieguito"
- "Esa posición no, ¿Por quién me has tomado?"
- "Tú eres mi cuate"
- "Lo espero en la casa de Usted"
- "Use tampax"
- "Consulte a su médico"
- "Mejores escuelas harán de nuestros hijos mejores futbolistas"
- "Los comunistas tienen la culpa"
- "Nada de ideas exóticas"
- "Que mi hijo tenga lo que yo no tuve"
- "¿Cuál es tu signo? Detesto a los de Escorpión"
- "Todos los greñudos son drogadictos"
- "Respetemos las señales de tránsito"
- "Sonríe y todos te sonreirán"
- "Señor, haz que hoy no me meta en lo que no me importa"
- "Te presento a mi gorda, mi cabecita blanca"
- "Es igualito a su papá"
- "Corbata obligatoria"
- "Hay que darle al pueblo lo que pide"
- "Usted necesita más píldoras para dormir"
- "Son las 11 de la noche, ¿Sabe Ud. dónde están sus hijos?"


--- De la obra de teatro "Zaratustra" de Alejandro Jodorowsky. 1970.

"España, aparta de mí este plástico" por Rebeca Diz.

Artículo de la sección "Opinión" del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 149.


España, aparta de mí este plástico


En España nos la creímos. A finales de la década de los 80 éramos "el fenómeno europeo" o eso nos dijeron. Para 1990 en la península ibérica ya pocos dudábamos de que aquella bonanza sería eterna. Y al entrar el nuevo milenio éramos, sin lugar a dudas, la envidia del viejo continente, el modelo a seguir, en resumen, la última chupada del mango. Y los españoles que preferíamos ser el culo de Europa antes que la cabeza de África, nos tragamos el cuentazo mientras que los guionistas se frotaban las manos.

Cuando en 1986, Felipe González, el presidente español del Partido Socialista, iniciaba su segundo mandato, reinaba el optimismo y mandaba el mercado. Bajo la atenta mirada de Alemania y con el beneplácito de Francia, el exabogado laboralista andaluz vendió todo lo vendible y dejó a España sin el sello made in Spain. Entre 1986 y 1990 el PSOE se deshizo de 50 empresas: Seat, Viajes, Marsans, Pamessa y Motores MDB son sólo un minúsculo ejemplo. El 1996, el ultraliberalismo confeso de José María Aznar remató la faena iniciada por el ultraliberal encubierto de su antecesor con las privatizaciones de Telefónica, Edelnor, Ence, Repsol y Endesa.

Lo decían los estadistas, las encuestadoras y hasta los más reputados economistas: la globalización era imparable, el capitalismo había tirado todos los muros y la clase media se empoderaba. ¡España va bien!, lo gritaban los de derechas y lo demostraban los de izquierdas. Y para que no quedaran dudas Alfonso Guerra desapareció de la foto y Felipe González se paseó en yate por la costa francesa.

Hasta los españoles más reacios se rindieron. Y la felicidad tuvo desde entonces un nuevo domicilio: bolsillo derecho, Jirón Al Alcance de Cualquiera, sin número. Inconvenientes, imprevistos y demás desaguisados económicos se zanjaban a golpe de plástico (8.50 cm de largo por 5.3 cm de alto). Para los casos más difíciles, los que cobraban un salario basura o vivían en el desempleo intermitente, estaban las cómodas cuotas con bajos intereses que ofrecían los grandes almacenes, primero, y el pequeño comercio, después. A eso le llamaron bonanza económica y crecía imparable al mismo ritmo que se expandía el orgullo español que para fines de los 90 había alcanzado cotas insospechadas: ¡"Como en España, en ningún sitio"!, gritaban los de Alcobendas y aplaudían los de Triana al son del tac-tac de las castañuelas riojanas.

Entonces los bancos se multiplicaron, las cajas de ahorro proliferaron y la banca española se cotizaba al alza en lo mejorcito de las agencias crediticias (Standard & Poor's y Compañía). Que te querías ir de vacaciones y no te alcanzaba, el Banco Popular te mandaba a Cuba y a pagarlo en 12 cuotas. Que querías carro nuevo y el salario ya no te daba, Caixanova te lo solucionaba. Que si el matri, el depa, los muebles, los artefactos y la vaina, para eso estaba La Caixa de Galicia, la Caja Duero o el BBVA con sus hipotecas, sus "bajísimos intereses" y la renegociación del crédito si hiciera falta, que era casi siempre. La cima de la felicidad se alcanzaba el día que, rondando los 35, estampabas tu firma en el contrato de una deuda que te perseguiría las tres próximas décadas.

Prueba vigente de ello son los 258 desahucios diarios que se ejecutan en la madre patria; las interminables colas a las puertas de Cáritas y los varios de cientos de miles de compatriotas que ya han metido en la maleta el orgullo español (que al final no era tan grande) y han salido a buscar fortuna fuera del terruño. La cuota fúnebre viene a cargo de los suicidas acosados por las deudas.

El 12 de febrero pasado Pedro esperó en la calle la llegada del cartero. "Espero malas noticias", le comentó a su vecino de toda la vida durante una breve conversación en el portal de un edificio de Mallorca. En la tarde, su hijo lo encontró muerto en la cama. Al lado del cuerpo de Pedro Taberner estaba el de Jovita Rovira, su mujer. Él tenía 68 años y ella 67. Sobre el colchón, junto a los cuerpos, la Guardia Civil encontró los blísteres de las pastillas que les sobraron, una breve despedida dirigida a sus dos hijos y el sobre con la orden de desahucio, programado para el 19 de febrero, que les había entregado el cartero por la mañana. El suicidio de Pedro y Jovita conmocionó España durante 48 horas. No alcanzó para más.

¡Indignaos!, pidió Stéphane Hessel (pensador francés) en su último manifiesto. Acostumbrados a hipotecarse para ser felices, algún español despistado, probablemente gallego, preguntó: ¿Aceptan tarjeta para comprar indignación?

"Violencia" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus treces" N° 144.


Violencia


"Lima es una ciudad peligrosa", dicen los fujimoristas, que hicieron del Perú un país sometido al terror.
"Lima da miedo, los ladrones y las bandas hacen de las suyas", dicen los apristas, que desde hace años son dirigidos por un encumbradísimo asaltante.
"La televisión no tiene culpa de nada", dice un directivo de esa TV que pudre almas y roe niños y escupe mierda.
Así que, de pronto, sólo la Policía peruana es la culpable.
Y claro que es la culpable. Pero en ello se van años de desidia, de presupuestos magros, de corrupción consentida, de "segundos ingresos" lindantes con la ilegalidad, de días francos vendidos a la banca, de jefazos pestíferos respaldados por el poder político.
La violencia verdadera no es la que vemos en la tele, narrada por locutoras que fingen empatía y buscadores de rating que salivan cada sangre derramada.
La violencia es estructural en un país donde las leyes se burlan, los impuestos se evaden, las licitaciones se amañan, las obras públicas se venden bajo oscuras mesas, los congresistas se suben el sueldo sin merecerlo.
Es violento que el mayor partido político sea dirigido por un asesino y ladrón que jamás estuvo en prisión.
Es violento que la infección fujimorista se haya vuelto crónica y amenace con otra sepsis nacional.
Es violento que la prensa mienta cuando se trata de los grandes intereses y nos haga creer que este modelo del saqueo y de la no-planificación es el único que debemos seguir.
Hay violencia en la Sociedad Nacional de Pesquería cuando driblea las normas y depreda el mar que no considera ni peruano ni suyo.

Son violentos el taxista animalizado, el emprendedor que "la hace" sin pagar un solo impuesto, el notario que avala una perrada, el empresario que concierta con sus pares alzas dignas de un cartel, el microbusero que mató a Ivo Dutra (el que seguirá matando), el trámite que se inventa para hacerle más difícil la vida a la gente, el médico que desatiende a sus pacientes en los hospitales privados y en los públicos.
Violentas son la raspillada con tifoidea, la impunidad de los traficantes de terrenos, la burla cotidiana que padece la Constitución, la promesa electoral que se deshonró.
Es violencia el abogado que coimea al juez coimeable, el presidente regional archipodrido que se sigue llenando los bolsillos.
Violenta es la estupidez. Violenta y estentórea.
Violencia es llenar la televisión de monos calatos que se insultan y se manosean en los horarios infantiles. Violento es que el diario de mayor circulación del país sea un desagüe.
Violencia es la ignorancia generalizada, la falta de civismo, la incapacidad casi genética de pensar en los demás. Violencia es llamar a los bomberos por gusto y violento es jamás respetar los pasos de peatón. La imbecilidad moral es particularmente violenta.
Violento es arrojar una cáscara de mandarina desde un auto (Tico o BMW, elija usted), no respetar una cola, obtener un brevete comprándolo, donar plata en el colegio para que nadie se atreva a calificar a un hijo como se lo merece.
Violento es mearse en las bermas, hacer fiestas de mandriles excitados hasta las 5 de la mañana, no pagar los tributos del municipio y luego quejarse porque la basura no se recoge.

Violencia es escribir en los periódicos que en las empresas privadas no deben ser reguladas por nadie, que las empresas estatales tienen que desaparecer (eso es doctrina), que Chile es nuestro comprador natural (eso es memoria civilista), que el orden mundial vigente "civiliza", que el terrorismo islámico es el único enemigo y que la revolución tecnológica ha traído más cultura a todo el mundo.
Violencia es vivir en un país que siempre parece acéfalo y que es anómico por vocación y comodidad. Un país inconcluso gracias a una plutocracia a la que le convino vivir en esta tierra de nadie donde, al final, el orden lo restablecían los máuseres.
Violencia es decir que en la notaría Paino ocurrió algo insólito. Violencia es decir que las cámaras de seguridad nos han mostrado lo que no sabíamos, lo que -inocentes- ignorábamos, lo que -buenos muchachos- jamás supimos que estaba ocurriendo. No me jodan con tanta mentira.

"¡Pobre Jesús!" por César Hildebrandt

Artículo de la sección CELEBRACIÓN del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 136.

¡Pobre Jesús!

Aquí hay papanoeles que sudan bajo el disfraz invernal que los castiga y nacimientos de Belén hechos de cartón piedra mientras la gente escucha villancicos y las tiendas venden como nunca y a los pavos les vuelan las cabezas en un holocausto de huidas y plumas y hay una masacre paralela de pollos bendecidos y ofertas que no se repetirán y ferias repentinas que cesarán el 26 de diciembre, alabado sea el Señor.
Y muchas ratas blancas atronadoras, cielos que se iluminan con la pólvora, fuegos santos que te revientan los oídos. ¡Aleluya!

Y todo para recordarnos, dicen, el nacimiento de un niño que, ya crecido, se indignó con los mercaderes que merodeaban las sinagogas, con los hipócritas que juzgaban más el tener que el ser y con el establecimiento y la jerarquía que roma había impuesto con la anuencia hebrea riquería nativa, en las tierras de Judea.

Gracias al consumismo alentado por los folletos, la tele, la radio o los idiotas chistosos de RPP, el nacimiento del Dios encarnado de los católicos se convierte, al final, en una Barbie con cara de zorra, un peluche que llamará a todos los ácaros o una alhaja que al revolucionario de Galilea que dormía en un pesebre (pesebre: cajón donde comen las bestias, DRAE) hubiese indignado como ostentación y frivolidad.

No sólo hay papanoeles sudando la gota del subempleo sino nieves de farsa, trineos jamás vistos en el subtópico y -voy a vomitar- mensajes publicitarios donde las cosas que se venden pretenden ocultarse en una maleza de palabras beatíficas. Uno se acercará a Dios sacando el dinero plástico, comprenderá la inmaculada concepción entrando a un Ripley en día de gangas, repetirá el milagro de los panes y peces multiplicando su capacidad de endeudamiento, alabado sea el Señor. Y en la publicidad de canal 2 saldrá Lúcar con cara de discípulo y Beto Ortiz con expresión de estar pensando en un guardia suizo de la basílica de San Pedro.

RPP, la radio que más cerca estuvo de Fujimori, también nos habla del espíritu de la navidad y el mismo locutor que nos hace tomar la cerveza de todos los peruanos hasta que nos den diablos azules nos llama ahora a ver los copos de nieve de la publicidad, la bolsa de los repartos compasivos y el mensaje de Cristo comprimido en una tarjeta del Scotia Bank, sucursal del paraíso jamás perdido y siempre encontrable si uno tiene el efectivo suficiente.

-Jojojojó -gruñen los avisos antes de decirnos que en tal tienda por departamentos ha nacido un Jesús a transistores y unos renos con chips que llegan a volar y mordisquear el pasto de tartán donde tan bien simulan.

Luego están las señoras que se dedican a la caridad -que es la justicia por sorteo-, los escuadrones regalones, las campañas de los descuentos nazarenos, la maratón de la felicidad, la misa del gallo, la cena que ojalá fuese la última, la tranca pagana y la resaca herética que sólo San Alka (Seltzer) podrá quitarte con una imposición de burbujas.

Y todo para recordarnos a un personaje que se enfrentó a todo aquello que hoy lo celebra. Un personaje que hubiese despreciado su cumpleaños si hubiese visto en qué habría terminado la leyenda maravillosa esa del establo, la fe en los pobres y el ojo aquel de aguja por donde pasaría antes un camello que un rico indolente.

Dicen que no había en Chile navidades más tiernas que las que celebraban los Pinochet-Hiriart. Junto a un árbol nevado con una especie de caspa cara, frente a un nacimiento donde una pequeñas bestias motorizadas mugían o balaban, detrás un Papa Noel que cantaba un himno alpino, la familia Pinochet-Hiriart recordaba las bendiciones recibidas por Escrivá de Balaguer, el Papa en persona y el cardenal Raúl Silva Henríquez. El comunismo ateo había sido derrotado. Hasta el agnóstico Friedman aprobaba lo hecho. Por la chimenea de esa casa, en las estribaciones de los Andes, Noel, el escandinavo, bajaría a dejar a los nietos de Pinochet todos los regalos que podían hacerlos más felices aún. Amén.

¿Qué se celebra con el triunfo de Obama? - Dead Enough: The Reality of the "Lesser Evil" por Chris Floyd

Traducción del artículo original "Dead Enough: The Reality of the 'Lesser Evil" de Chris Floyd, publicado en la sección OPINION del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 131.


¿Qué se celebra con el triunfo de Obama?

Quisiera hacer una simple pregunta a quienes ahora se congratulan por la relección de Barack Obama como si se tratara de un triunfo de los valores decentes, humanos y liberales sobre la perfidia que rezuman los postulados republicanos: ¿Está este niño lo bastante muerto para nosotros?




Este niño pequeño se llamaba Naeemullah. Estaba en su casa -tal vez jugando, durmiendo o comiendo- cuando un avión militar teledirigido (dron) estadounidense disparó un misil hacia la zona residencial donde vivía, en Pakistán, y voló en pedazos la  casa de al lado.

La metralla y los escombros atravesaron las paredes de la casa de Naeemullah y destrozaron su cuerpo. Cuando terminó el ataque -cuando dejó de acechar sobre el pueblo el zumbido del avión enviado con sabiduría agustiniana por el Nobel de la Paz, ensombreciendo las vidas de sus indefensos habitantes con la amenaza terrorista de la muerte inminente- trasladaron a Naeemullah al hospital de un pueblo cercano.

Fue allí donde tomó la foto Noor Behram, residente en Waziristán del Norte y cronista de los efectos de la guerra de los aviones teledirigidos por órdenes de Obama, Nobel de la Paz. En el momento de hacer la fotografía, Naeemullah estaba agonizando, Murió una hora más tarde.

Murió.

¿Está lo bastante muerto para vosotros?

¿No está lo bastante muerto para alterar de algún modo vuestro baile de la victoria? ¿Lo bastante muerto para perturbar las próximas fiestas de toma de posesión? ¿Lo bastante muerto para empañar, aunque sea un ápica, vuestro exultante júbilo ante el hecho de que este gran hombre, ejemplo de integridad, decencia, honor y compasión, pueda continuar con su noble liderazgo sobre la mejor nación de la historia del mundo?

Antes de las elecciones oímos hablar mucho de este concepto del "mal menor". Desde destacados disidentes antiimperialistas como Daniel Ellsberg, Noam Chomsky o Robert Parry hasta innumerables blogs progresistas y conversaciones personales, todos coincidían en este argumento básico: "Sí, los ataques de los aviones teledirigidos, la destrucción de las libertades civiles, los escuadrones de la muerte de la Casa Blanca y todo lo demás es malo; pero Romney sería aún peor. Por tanto, con grandes reticencias, tapándonos la nariz y moviendo la cabeza con pesar, habrá que elegir el mal menor de Obama y votar en consecuencia".

Entiendo ese argumento, de verdad que sí.

Pero he aquí lo que no entiendo: el sentido del triunfo, la exaltación y el júbilo que han mostrado tantos progresistas, liberales y "disidentes" por la victoria de este "mal menor". ¿Dónde fueron a parar las reticencias, el taparse la nariz, los movimientos de cabeza quejumbrosos? ¿No deberían lamentarse por el hecho de que el mal haya triunfado en Estados Unidos, aun cuando, en su opinión, sea un mal "menor"?

Si realmente creíais que Obama era un mal menor -un 2% menos malo, según creo que dijo en una ocasión Digby al describir a los demócratas en 2008-, si realmente os parecían vergonzosas y criminales las guerras de los aviones teledirigidos, los escuadrones de la muerte de la Casa Blanca, los rescates de Wall Street y la absolución de los torturadores y todo lo demás, ¿Cómo os puede alegrar que continúe todo esto? Y no solo os alegráis, sino que seguís despreciando a quienes se han opuesto a perpetuar este sistema.

El triunfo de un mal menor no deja de ser una victoria para el mal. Si tu barrio se halla bajo la tiranía de una guerra entre facciones mafiosas, tal vez prefieras que gane el bando que a veces reparte unos cuantos jamones gratis en lugar de sus rivales si son más tacaños; pero, ¿te regocijarías si tu barrio siguiera bajo la tiranía de criminales asesinos? ¿No estarías triste, abatido, desanimado y descorazonado al ver cómo persisten la violencia, el asesinato y la corrupción? ¿No lamentarías que tus hijos tuvieran que crecer rodeados de todo eso?

Entonces, ¿dónde están los lamentos por el hecho de que nosotros, como nación, hayamos llegado a tener que elegir entre asesinos, entre saqueadores? Aunque consideremos que teníamos que participar y elegir entre una de las horribles opciones que se nos ofrecían - "¿Quiere que sean los demócratas quienes maten a estos niños, o prefiere que sean los republicanos?"-, ¿no debería ser este período poselectoral un momento para afligirse en vez de saltar de alegría por el triunfo, regocijarse frívolamente y descalificar con desprecio a los "perdedores"?

Si de verdad sois "malmenoristas" -si se trata de una elección moral genuina que habéis hecho con reticencias, y no una racionalización para dejaros llevar por un partidismo irreflexivo y primitivo- sabréis que en estas elecciones hemos salido perdiendo TODOS. Aunque creáis que podría haber sido peor, no por ello deja de ser muy malo. Vosotros mismos habéis proclamado que Obama era el mal, solo que un poco "menor" que su oponente (quizás un 2%). Y por eso el mal que vosotros mismos habéis visto, señalado y denunciado va a continuar. Repito entonces mi pregunta: ¿qué motivos tiene esto de júbilo, gloria y triunfo? Aunque creyerais que era inevitable, ¿por qué celebrarlo? Preguntaos, reflexionad: ¿qué es lo que estáis celebrando? ¿La muerte de este niño y la de otro centenar como él? ¿La de un millar como él? ¿La de quinientos mil como él? ¿Hasta dónde pensáis llegar? ¿Qué es lo que no vais a celebrar?

Es así como paso a paso, dándole la mano al "mal" menor, nos estamos hundiendo cada vez más en el abismo.

"Por qué estoy con los caviares" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 121.

Por qué estoy con los caviares


Estoy con los caviares porque siempre serán mejores que los coyotes que se les enfrentan. Porque no está mal pensar en la justicia social y, por la noche, tomarse un buen vino. No es un pecado tener una vida decente y desear que los demás también la puedan tener.

El pecado es tener una vida decente y creer que los infelices que no la tienen se la han merecido por flojos, brutos, sucios e ignorantes.
Puede uno escuchar una ópera y aspirar a un mundo en el que escuchar una sea un fenómeno de masas.

¿Ingenuidad? Prefiero la ingenuidad a la lógica de los depredadores.

Tener simpatía por los abusados y las causas aparentemente perdidas: eso es caviarismo militante. Leer a Carson McCullers tirado en una cama: eso es caviarismo en reposo.

Lo que es de pésimo gusto es creer que los privilegios basados en la explotación de las personas y de los recursos deben ser defendidos a balazos. Y eso es lo que piensan los coyotes que odian a los caviares.

Pensar en la igualdad no es imaginar en mundo monocolor. Es pensar, casi cristianamente, que todos tenemos derechos y que la condena de la pobreza no la impuso el destino ni Dios ni el estricto azar sino que proviene de corregibles defectos del sistema social. Eso es caviarismo en su más pura esencia.

Viva el caviarismo que reflexiona sobre lo que pasaría si el mundo invirtiera la décima parte de lo que gasta en armas en aliviar las consecuencias de las hambrunas. Viva el caviarismo que agita el tema del calentamiento global, negado por las petroleras y sus matones escribidores.

Neruda era caviar.
Tchaikovsky era caviar.
Picasso era caviar.
Arthur Niller era caviar.
Flaubert fue jefe de caviares.
Cortázar era caviar.
Susan Sontag era caviar.
Sartre era ultracaviar.
William Faulkner era caviar.
Antonio Machado era caviar.
Bertrand Russell era caviar.
Diego Rivera era caviar.
Camus fue un gran caviar.
Carlos Monsiváis era caviar.
García Márquez es caviar.
Umberto Eco es caviar.

Por algo será.

No se necesita contraer una ideología insidiosa para alejarse de los chillidos de la derecha. Basta tener buen gusto.

¿Quién puede leer sin sentir naúseas a quienes defienden los intereses del dinero y del poder fáctico empleando un lenguaje rebuscado que pretende haber sido extraído de las ciencias exactas?
Ellos no son caviares. Son voceros.

Conozco conservadores respetabilísimos. Pero son una minoría perseguida. La mayoría no ha aprendido la lección y ha vuelto a las peores andadas. Esta mayoría es la derecha pura y dura.

Y habrá siempre un vaho de vulgaridad en la derecha: un toro desangrado en una plaza llena, un eructo macho, una planilla negra, un denuncio de tierras en propiedad comunal.

Ser caviar no tiene nada de malo. Vivir esforzadamente bien y querer que todos los humanos sean dignos de esos estándares no es algo que deba avergonzar a nadie. Lo vergonzoso es darse la gran vida y estar en una cetácea sobremesa donde el tema crucial es cómo hacer negocios rápidos con los chinos.

Caviares del Perú: abandonen su discreción, griten su membresía, sorprendan a quienes los odian. En una palabra: ¡uníos!

"¿La más noble de las profesiones?" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 108.

¿La más noble de las profesiones?

Las dictaduras desaparecen la libertad de prensa. Pero en las dictaduras la prensa no desaparece. Hay periodistas que, de rodillas, sirven a los propósitos de esos regímenes.

Frente a un Pedro Joaquín Chamorro, asesinado por orden de los Somoza, hubo miles de periodistas sin escrúpulos que, en Nicaragua o en Miami, defendieron a esa dinastía purulenta.

En los 70 años del gobierno del PRI, en México, ya no fueron miles sino cientos de miles los que, desde la prensa escrita, la radio y la televisión, abogaron con su silencio o su complicidad ese estado de cosas que alcanzó su esplendor delictivo con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

En el Chile de Pinochet a los decentes los mataron o los empujaron al agónico exilio. Pero allí quedaron, para el asco, los periodistas que, como los de "Ercilla" o "El Mercurio", se embarraron protegiendo a torturadores y asesinos y se solazaron con la desdicha de los derrotados. Todos ellos son miembros natos de la SIP, ese club pomposo de empresarios preocupados por la publicidad, las inversiones, la estabilidad y la anuencia adormilada de sus lectores.

¿Cuántos periodistas militantes necesitaron Mao, Ceaucescu, Stalin para crear la realidad paralela con la que ocultaron sus crímenes y atontaron a la gente que decían representar? ¿Cuántos requirió Teodoro Roosevelt para inventar la guerra con España por el botín de cuba? ¿Y cuántos periodistas batistianos de bolsillo y pluma defendieron a ese rufián? ¿Y cuántos llegarán a ser los periodistas que en la Cuba de hoy siguen mintiendo desde el monopólico "Granma" o la cacofónica televisión estatal?

¿Y con cuántos cuenta el lobby pro Israel que, en todo el mundo, pretende decir que la culpa de todo la tienen los palestinos, a los que se les sigue arrebatando la vida, los derechos, el territorio, el agua?

¿Sigo? Muy bien. Sigamos un poco más. Aterricemos en nuestras coordenadas.

¿Qué hizo "El Comercio" cuando Odría perseguía literalmente a muerte a los apristas? Aplaudía. ¿Y qué había hecho cuando Sánchez Cerro los fusiló? Festejó. ¿Y qué dijo "La Prensa", de Lima, cuando la CIA derrocó a Jacobo Arbenz en Guatemala? Bien sencillo: Que comprendía el uso de la fuerza cuando de luchar contra el comunismo se trataba. Del mismo modo que un año antes, en 1953, había entendido el golpe de Estado en Irán, tramado por la CIA y la inteligencia británica.

¿Y nuestros ancestros más ilustres? Manuel Atanasio Fuentes, El Murciélago, fue un fabricante de calumnias y un traidor durante la ocupación de Lima de 1881. El gran Alfonso Tealdo fue un apologista, en 1938, del eje Berlín-Roma-Tokio. Más allá de sus indiscutibles méritos sindicales, Genaro Carnero Checa fue uno de los favoritos del dictador coreano Kim Il Sung, que le impuso una condecoración especial. Raúl Villarán, el genial, se iba de putas cuando salía del periódico y se iba de putas cuando regresaba. Pero fue, en todo caso, el más alucinado, el más intoxicado y el mejor.

Vayamos a tiempos más actuales. ¿Dónde estaban los Fritz Du Bois cuando Fujimori hacía lo que hizo? Algunos, como él, hacían negocios desde el Estado. Otros, sencillamente, se callaron por miedo. Otros proclamaron su inocencia cuando el régimen cayó y aparecieron, recién lavados como un boy scout, a decirnos quiénes debían ser los malos y quiénes los buenos.

No olvidemos que los ductos de porquería manejados desde el SIN -los Bresani, los Olaya, algún Borja y un ejército de compadritos- fueron rugiente e innegable parte de nuestra prensa. Y que algún encumbrado magnate de hoy solía hablar de geopolítica con un Montesinos que fingía ser Metternich mientras su interlocutor hacía de Francisco I.

En resumen, amo el periodismo pero no me trago el cuento ese de que el coleguismo automático debe prevalecer sobre la verdad. Admiro a algunos periodistas -de aquí y de allá- pero no acepto las respuestas corporativas e hipócritas cada vez que el Poder Judicial hace su trabajo o cuando alguien, comprensiblemente, reacciona ante la vileza de algunos papeles y videos.

De igual modo, no creo que la libertad de expresión sea una preocupación de la familia Azcárraga, en México, ni de la Confiep, en Perú, ni de Hugo Chávez, en Venezuela, ni del complejo industrial-militar de los Estados Unidos.

La libertad de expresión es Chomsky diciendo lo que el sistema mundial de dominación y lobotomización reprueba. Libertad de expresión son los tuiteros sirios resistiendo. O las Damas de Blanco desfilando. Libertad de expresión es un valiente en cualquier parte del mundo gritando una verdad incómoda. Libertad de expresión es Wikileaks, Papeles del Pentágono, Woodward y Bernstein, descubrimiento de los crímenes de La Cantuta, investigaciones de la prensa mexicana en torno a los carteles de la droga. Libertad de expresión trágica y gloriosa es la de los periodistas valerosos muertos en Kabul, Islamabad, Ciudad Juárez.

Hay algo tenso, temerario y quizá épico en el asunto de la libertad. La libertad no consiste en pensar lo mismo que piensan los que mandan. Eso es ecolalia, redundancia a destajo. La libertad no es cometer un delito y luego esconderse detrás de un holding empresarial convertido en madriguera. Ni pertenecer a ocho directorios de grandes empresas y vigilar que el diario que se dirige no se vaya a meter con ninguna de ellas ni con sus vastos "derivados". Que le cuenten a Perrault ese cuento. Que le canten a Gardel esa tonada.

"Blasfemia" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 101.

Blasfemia

Hubiese querido hablar de Semana Santa (con mayúsculas, qué cautela la mía) y su responsable, que es el Dios (otra mayúscula tembleque) cuyo virrey celestial está en Roma. Pero luego me dije: no lo vas a decir mejor que los mejores. Y por eso sustraje citas célebres que aquí publico. Como un desfachatado homenaje a la razón. Como un gesto de rechazo al tumulto orador, al miedo que mira hacia arriba, a la descomunal hipocresía. Amén.

"La verdad no demanda creencias. Los científiicos no unen sus manos cada domingo, cantando '¡Sí, la gravedad es real! ¡Tendré fe! ¡Seré fuerte! Creo en mi corazón que lo que sube tiene que bajar. ¡Amén!'. Si lo hicieran, pensaríamos que están bastante inseguros de ello".
(DAN BARKER)


"Si Jesús hubiera sido ejecutado hace veinte años, los niños católicos itían a la escuela con sillitas eléctricas en sus cuellos en lugar de cruces".
(LENNY BRUCE)


"¿La definición de mitología en una oración? 'Mitología' es lo que llamamos a las religiones de otras personas".
(JOSEPH CAMPBELL)


"Por simple sentido común no creo en Dios, en ninguno".
(CHARLIE CHAPLIN)


"Los dioses son cosas frágiles; pueden ser asesinados con un atisbo de ciencia o una dosis de sentido común".
(CHAPMAN COHEN)


"Pero para esta época, 1836 a 1839, yo había comenzado a ver, gradualmente, que el Viejo Testamento, desde su manifiesta falsa historia del mundo, con su Torre de Babel, el arco iris de señal, etc., etc., y desde atribuirle a Dios los sentimientos de un tirano vengativo, no era más de confiar que los libros sagrados de los hindúes o las creencias de cualquier bárbaro".
(CHARLES DARWIN)


"Todos somos ateos respecto a la mayoría de dioses en los que la humanidad ha creído alguna vez".
(RICHARD DAWKINS)


"Mi mente es incapaz de concebir una cosa como el alma. Puede que esté errado y que el hombre tenga un alma, pero yo simplemente no lo creo".
(THOMAS ALVA EDISON)


"Era, por supuesto, una mentira lo que leíste sobre mis convicciones religiosas, una mentira que ha sido sistemáticamente repetida. No creo en un Dios personal y nunca lo he negado, por el contrario, lo he expresado claramente. Si algo hay en mí que puede ser llamado religioso es entonces la admiración sin límites a la estructura del mundo hasta donde la ciencia ha podido revelarnos por el momento".
(ALBERT EINSTEIN)


"No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana. Tampoco creo que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo: esos no son más que pensamientos de miedo o egoísmo de lo más ridículo".
(ALBERT EINSTEIN)


"¿Está dispuesto Dios a prevenir la maldad, pero no puede?" Entonces no es omnipotente.
¿Puede hacerlo, pero no está dispuesto? Entonces es malévolo.
¿Es capaz y además está dispuesto? Entonces, ¿de dónde proviene la maldad?
¿No es él capaz ni tampoco está dispuesto? Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?".
(EPICURO)


"Un mito es una religión en la que ya nadie cree".
(JAMES FEIBLEMAN)


"La religión es comparable con la neurosis infantil".
(SIGMUND FREUD)


"Los sentimientos de 'amor y temor de dios' no tienen su origen en dios, sino en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende sea su padre..."
(SIGMUND FREUD)


"Los seres humanos pueden vivir sin dioses pero los dioses le deben la vida a los seres humanos, es decir, son una extensión imaginaria de la realidad, el resultado de una insatisfacción".
(LUIS GARCÍA MONTERO)


"Si vamos a enseñar 'la ciencia de la creación' como una alternativa a la evolución, entonces también deberíamos enseñar la teoría de la cigüeña como una alternativa a la reproducción biológica".
(JUDITH HAYES)


"Lo que he hecho es mostrar que es posible que la forma en que comenzó el universo esté determinada por las leyes de la ciencia. En ese caso, no sería necesario apelar a Dios para decidir cómo comenzó el universo. Esto no prueba que no exista dios, sólo que Dios no es necesario".
(STEPHEN W. HAWKING)


"La teología nunca ha sido de gran ayuda, es como buscar, a medianoche y en un sótano oscuro, a un gato negro que no está ahí".
(ROBERT A. HEINLEIN)


"Día vendrá en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minervaen el cerebro de Júpiter".
(THOMAS JEFFERSON)


"Ahora se suele criticar a a televisión por transmitir tanta violencia, cuando más cruel ha sido la Biblia: en sus páginas se come a niños, se llama a matar a sus enemigos, se queman casas, se sacan los ojos a los hombres. Los dueños de la televisión moderna no han inventado nada nuevo".
(RYSZARD KAPUSCINSKI)


"El último cristiano murió en la cruz".
(FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE)


"Argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica es como dar medicina a un hombre muerto".
(THOMAS PAINE)


"Cuando una persona padece delirios se le llama locura. Cuando muchas personas padecen de un delirio, se le llama religión".
(ROBERT M. PIRSIG)


"Cuando entiendas por qué tú desechas todos los otros posibles dioses, entonces entenderás por qué yo desecho el tuyo".
(STEPHEN F. ROBERTS)


"Si quieres salvar a tu hijo de la polio puedes rezar o puedes vacunarlo...Aplica la ciencia".
(CARL SAGAN)


"No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer".
(CARL SAGAN)


"¿Por qué debemos aceptar los consejos del Papa sobre sexo? Si él sabe algo al respecto, pues, ¡no debería!".
(GEORGE BERNARD SHAW)


"El hecho de que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio".
(GEORGE BERNARD SHAW)


"Ahora ya sabemos que el alma es el cuerpo y el cuerpo el alma. Nos dicen que son diferentes porque quieren persuadirnos de que podemos quedarnos con nuestras almas si los dejamos esclavizar nuestros cuerpos".
(GEORGE BERNARD SHAW)


"Estoy harto de todas las religiones. La religión ha dividido a la gente. No creo que haya diferencia entre el Papa usando su sombrero grande, paseando entre feligreses con una cartera humeante, y un africano pintándose la cara blanca y rezándole a una piedra".
(HOWARD STERN)


"Si hablas con Dios estás rezando; si Dios te habla a ti tienes esquizofrenia".
(THOMAS SZASZ)


"Es una de las supersticiones de la mente humana imaginarse que la virginidad pueda ser una virtud".
(VOLTAIRE)

"En Cajamarca se juega el futuro" por César Hildebrandt

[ Siempre escucho spots publicitarios en RPP ensalzando la minería como portadora de beneficios como la generación de empleo y desarrollo pero si mal no recuerdo el Comercio sostuvo que las razones de las protestas de los pobladores cajamarquinos con respecto al proyecto minero Conga, y lo que les llevó a efectuar el paro, son que las fuentes de agua están en riesgo, el rechazo de la minería por parte de de la población; y la mala distribución, es decir, que la población no percibe los ingresos de dicha actividad, y a mi parecer de este último es que se produce el rechazo. Si bien es cierto que el Estado tiene el derecho de explotar sus tierras pero no debe hacerlo a costa de la salud y el bienestar de TODOS los peruanos. ]

Articulo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 84.

En Cajamarca se juega el futuro

"...leches aguadas,
cajamarcas crueles".
(JUAN GONZALO ROSE)

En Cajamarca, en Andahuaylas, en Puno, en Cañete, en diversos puntos de la Amazonía, el tema es el mismo: las viejas deudas del centralismo limeño se están pagando. No se trata sólo de la minería sino de una rebelión que nos obliga a mirar lo que nos hemos negado a mirar durante muchos años: los fueros del interior arrasados por una "república burocrática" domiciliada en Lima.

El gobierno es una máquina que fabrica miles de decisiones en este país "unitario" que está hecho jirones. Muchas de esas decisiones atañen al futuro de los campesinos, las comunidades serranas y selváticas, las breves extensiones agrícolas que no están vinculadas a la agroexportación. Es como si la "utopia arcaica" - frase descalificadora y casi miraflorina - quisiera cobrar actualidad y revancha.

¿Qué hacer? ¿Volver a la pólvora y los máuseres como proponen quienes piensan que la única tradición por conservarse es la de los toros?

El problema es que les hemos dados pie a los gobernantes regionales a creerse instancias federativas de un país que reconoce sus variadas complejidades. Pero, claro, eso es sólo es de boca para afuera, el regionalismo es bueno cuando acata a Lima y administra los planes del "señor gobierno"; es malo cuando se nos enfrenta.

Es cierto que la realidad andina y amazónica esconde también a los ladrones de madera y a los mineros clandestinos. Hay que combatir esas plagas, pero eso no puede ser argumentos para declararles la guerra a quienes malviven en dos tercios de nuestro territorio.

El asunto es elegir. Y el dilema es optar por el pasado o por el futuro.
El pasado no es la agricultura y el cuidado del medio ambiente. Ese es el futuro. El pasado es, más bien, seguir vendiendo piedras, depravando paisajes, volcando en ríos camiones de cianuro o de mercurio. El futuro es darle valor agregado a la minería existente y aprobar los proyectos mineros que se concilien con la preservación de las fuentes de agua. El pasado es La Oroya, Cerro de Pasco, Conga. El futuro es un país que dé el ejemplo explotando con más cautela sus recursos no renovables y creciendo sin seguir la cadencia insaciable de las mineras del oro y el cobre y de ese "sistema-mundo" que ha enloquecido y está en plena decadencia.

¿Vamos a ser menos sin Conga?
No. Seguiremos siendo un país minero y serio que cumple sus compromisos. Pero le habremos demostrado a la inverrsión extranjera que estas no son las comarcas de Tarzán y que aquí el medio ambiente tendrá que ser respetado.

¿Peligraba el medio ambiente con el proyecto Conga?
De eso no hay duda. Este semanario fue el primero en decirlo con documentos y testimonios en la mano. Y la renuncia de una persona de la decencia de José de Echave no hizo sino confirmar la reprobable maniobra que, desde el gobierno y con el ministro de Energía y minas a la cabeza, quería favorecer a Yanacocha a cualquier costo.

Deliberadamente, al Ministerio del Medio ambiente se le dio un estudio de impacto ambiental de 20.000 páginas para que lo revisara en quince días. El proposito era que no hubiera revisión ni diagnóstico. Pero José de Echave no se dejó amedrentar y puso a sus mejores técnicos a trabajar día y noche esos quince días. Lo que hallaron bastó para descalificar a Conga: no tenía Licencia Social, como argumentaba, y no había tomado en cuenta el ecosistema en torno a las lagunas y los bofedales. Además, los técnicos dejaron al desnudo serias dudas relacionadas con la valoración económica del proyecto.

La gente del Ministerio del Medio Ambiente se reunió con funcionarios de Yanacocha. Según De Echave, "las respuestas no fueron satisfactorias".
La suspensión del proyecto conga fué anunciada, curiosamente, no por el gobierno sino por Yanacocha. Había en ese texto una informada serenidad y un gran optimismo.

Yanacocha tenía sus razones: tanto en la Presidencia del consejo de Ministros como en el Ministerio de Energía y Minas la promesa implícita había sido la misma: "esto es una tregua, ahora les corresponde ustedes ganarse a la población y voltearles el partido a los agitadores".
Lo que no calcularon es que Cajamarca no se rindió. Al cierre de esta edición, la huelga indefinida continuaba, aunque, sensatamente, se había decidido reabrir de modo parcial las carreteras.

¿Hay agitadores en Cajamarca?
Claro que los hay. Uno de ellos es Wilfredo Saavedra, presidente del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca. Darle la razón al diario Correo no está entre mis aficiones, pero en este caso es cierto que Saavedra parece convencido de que en Cajamarca brotará la chispa de la pradera en llamas con la que sueña. De otro modo no se explica que esté exigiendo, es su página web, "la renuncia de Ollanta Humala por incapacidad política y moral". De modo que este guerrillero fracasado lo que quiere no es sacar una tajada sino llevarse, entero, el panetón de Conga.

Mal harían Marco Arana y los suyos en sumarse a esta prédica que desacredita el argumento ambiental y hace aparecer a Cajamarca como el botín de unos topos del violentismo.
Y mal hacen quienes ven en el diálogo de una claudicación y una suerte de traición al machismo maximalista del señor Saavedra.

En Cajamarca se están jugando cosas mucho más importantes que el supuesto porvenir del ultrismo teñido de verde. En Cajamarca se juega una opción de desarrollo, una manera de entender la vida, un método para crecer son desatar las iras de la naturaleza.
Y vienen nuevas batallas cajamarquinas. Una es la del proyecto La Zanja, también de Yanacocha, y otra es Galeno, una inversión china. Ambas explotaciones son auríferas y ambas están situadas en cabeceras de cuenca. Esta batalla recién ha empezado y obligará al gobierno de Humala a abandonar sus dobles discursos. O está con una minería compatible con la preservación del medio ambiente -algo que se puede medir sin histerias regionalistas y con vocación técnica- o esta en la ruta de Fujimori, Toledo y Alan García. Y Benavides, Prado y Odría. Que se decida.

"Fujimori en el paraíso" por César Hildebrandt

[Esta es una columna de César Hildebrandt con fecha del 04 de Abril del 2009 en el diario "La Primera", personalmente considero un resumen de quien es Alberto Fujimori, en aquel entonces Keiko Fujimori encabezaba las encuestas y afirmaba que la sentencia que recibió (con todas las de la ley) su padre fue un "acto de odio y violencia" (¬.....¬). Espero que sea leído por gente que aún no sabe, o no recuerda, los actos cometidos durante su dictadura y que muchos deseamos que no se repita (y no se cumpla) si es que Keiko lleguase a la presidencia, o en todo caso, de ser electa para las elecciones del 2016 debe jurar a la población que su gobierno no debe parecerse en NADA al gobierno de su padre, aunque personalmente lo dudo dado que la gente que la rodean son las mismas caras, nada santas, que acompañaron a su padre en su dictadura.]

Fujimori en el paraíso


Escucho a Alberto Fujimori describir su paraíso de opio y compruebo que gente como él sólo puede prosperar en un país que tiene a un 40 por ciento de ciudadanos a los que les da lo mismo –lo dicen reiteradas encuestas- si los rige una democracia o una dictadura.

O sea que en el Perú hay un 40 por ciento de ciudadanos que casi aspiran a no ser ciudadanos y que quieren ser, a veces con fervor, vasallos tristes y alegres siervos de la gleba.

Detrás del Fujimorismo está la capacidad de sumisión y la arrolladora ignorancia que lastiman el alma del Perú.

Escucho a Fujimori y me digo que si hubiera géiseres de cinismo sonarían como su voz.

Habla de coraje el hombre al que le temblaba la voz cuando se dirigió a buscar refugio en la embajada del Japón la noche del fallido golpe del general Salinas Sedó.

Habla de honor el hombre que emputeció a la Fuerza Armada, hizo del Congreso un chiquero, suprimió el orden constitucional, desconoció su firma y hasta su huella digital con tal de no pagarle una deuda a la madre de sus hijos.

Habla de orgullo de sí mismo el sujeto que quiso ser senador japonés para obtener la inmunidad que lo librara del alcance de la ley.

Habla de responsabilidad el hombre que llenó 45 maletas de videos, dinero y botines diversos, tomó el avión presidencial y pasó de Brunei a Tokio, donde pidió asilo y desde donde renunció por fax a la presidencia de la República.

Habla de amor por la patria el jefe de una banda que saqueó las cuentas del tesoro público por un valor que los más conservadores estiman en dos mil millones de dólares.

Habla del veredicto de la historia el sujeto que estaba pescando en Iquitos cuando la Policía de la Dincote, sin ninguna ayuda de Montesinos, capturó a Abimael Guzmán, el hombre que huyó del país tras descubrirse cómo es que Montesinos compraba esos congresistas que hoy deben estar frotándose las manos.

Qué patético pobre diablo es Fujimori. Se atribuye todos los poderes para las cosas que salieron bien y se pinta como un presidente disminuido, desinformado e irresponsable cuando le mencionan los asesinatos que cometían los criminales a los que él felicitaba, ascendía y amnistiaba.

“Yo era comandante de la Fuerza Armada en el sentido en que un entrenador de fútbol comanda al equipo”, dijo ayer destilando la esencia de su legendaria cobardía.

O sea que debemos alabarlo por haber “comandado” las Fuerzas Armadas que derrotaron al senderismo, pero debemos exonerarlo de toda responsabilidad cuando esas mismas Fuerzas Armadas mataban ancianos, niños y mujeres en las alturas de Ayacucho.

Debemos agradecerle el haber sacado al país de la crisis económica en la que nos hundió Alan García –quien hizo tanto para que Fujimori lo sucediera-, pero tenemos que olvidar que con él todos los derechos del trabajador fueron abolidos, todo asomo de equidad fue perseguido, toda corrupción en el proceso de las privatizaciones fue posible.

Tenemos que decirle gracias por la paz con Ecuador –Tiwinza incluida, derechos de navegación ecuatorianos en ríos peruanos incluidos- pero no podemos recordarle su repugnante papel en la derrota peruana del Cenepa, cuando nuestros soldados carecían de logística, comunicaciones y, en muchos casos, de rancho y de zapatos.

Debemos ser gratos con su régimen porque “refundó el país” (Fujimori dixit), pero tenemos que olvidarnos de que quince de sus ministros o están presos o están con orden de captura por ladrones.

Debemos ser Fujimoristas por las escuelas que sembró el Fonades, pero no debemos evocar la prensa inmunda que él creó para ensuciar a sus adversarios y, seguramente, “elevar el nivel cultural”.

Este demócrata que cerró el Congreso, este honrado que permitió la rapiña más grande de la que se tenga noticia, este ciudadano ejemplar que convirtió a un edecán en fiscal para entrar a robar maletas en la casa de Trinidad Becerra, este hombre decente que tuvo como socio a Montesinos, este estadista al que defienden sujetos como Saravá, este ángel que vivió entre alimañas, este hombre ejemplar que dio un golpe de Estado cuando su esposa, en un rapto de bendita locura, denunció los asaltos de la hermana Rosa y del cuñado Aritomi a la caja de Apenkai, este probo encubridor de Miyagusuku, esta vergüenza que grita lo que lee y juega con la voluntad de olvidar de los peruanos, este señor Fujimori, en suma, sigue siendo exactamente el mismo miserable que la miseria moral adora y hace suyo.

El secreto de Fujimori es que ha convertido en socialmente exitosos los peores vicios de la “peruanidad”: la crueldad en el tumulto, el cinismo como método y, sobre todo, la cobardía elevada a la categoría de función vital.

El triunfo de Keiko Fujimori, de darse, será el resumen vistoso de la tragicomedia nacional y una prueba de que hay países económicamente pujantes y moralmente inviables.

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Saludos!

"Digno de Ripley" por Juana Gallegos

[Recuerdo que aún estando en el octavo piso pude escucharlos decir desde el megáfono: "Aquí...allá...el miedo se acabó." (bis)]

Artículo de la sección GANGAS del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 68.

Digno de Ripley

Abusos sin nombre perpetrados por una empresa que se burla del ministerio de Trabajo, paga en muchos casos 100 soles de sueldo básico, persigue al sindicato con todas las armas a su alcance y puede pagar 73 soles en concepto de horas extras trabajadas durante ocho años.

Sueldos bajos y congelados desde hace años, contratos temporales, horas extras no pagadas, hostigamientos hacia los trabajadores que se afilian al sindicato. Mientras el emporio de la empresa chilena Ripley sigue creciendo, sus trabajadores continpuan cobrando sueldos irrisorios desde hace catorce años y sus derechos laborales hibernan. La semana pasada, frente a la sucursal de San Isidro, se agolparon no cuatro gatos sino más de doscientos trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores de Ripley. Es que están hartos.

Para Ripley, el Perú es el paraíso de la explotación, el reino de la mano de obra barata. Desde que fué fundado, el sindicato ha buscado que la empresa suba los sueldos hacia un monto digno: los 600 soles mensuales. Lo que pasa es que a cajeros y a vendedores por departamento les pagan 100 soles mensuales como sueldo básico y el resto es una suma de comisiones por cada venta. "Somos comisionistas y no trabajadores", explica uno de los huelguistas. En consecuencia, los trabajadores se ven obligados a laborar más horas diarias para ganar más. "Si sé que mañana hay una campaña de fin de semana, un cierrapuertas, por ejemplo, tengo que venir a trabajar para ganar más dinero", dice Miriam Alvarado, una cajera de 29 años en la empresa. En Chile, Ripley les paga a sus dependientes un básico equivalente a 400 soles. El "roto barato" también fue una política impuesta por Pinochet. Aún así, los trabajadores chilenos reciben cuatro veces el básico que se les abona a los empleados de Ripley en el Perú.

Y sobre los contratos laborales, es política de la empresa contratar personal bajo la modalidad de contratos temporales. "Cuando los trabajadores están a pocos meses de cumplir tres años laborando en la empresa -dice Hugo Visosa, miembro del sindicato- automáticamente Ripley les hace firmar su renuncia para volver a contratarlos con un nuevo contrato temporal o simplemente los despiden. Todo para que el trabajador no pase a planilla", agrega.

Y mientras en Ripley Chile a los trabajadores les pagan las horas extras de acuerdo con la remuneración vigente, aquí en Perú la jugada es diferente. Un ejemplo: Iris Medina tiene 9 años y medio trabajando en la sección Novios de la empresa. Hasta el 2010 cumplió jornadas de hasta doce horas diarias. cuando reclamó por sus horas extras, Ripley le respondió con un cheque que marcaba la ínfima suma de 73.43 soles por todas las horas acumuladas en ocho años.
"Para aparentar que cumple con la ley, la empresa está repartiendo cheques por montos de hasta 500 soles entre algunos trabajadores para compensar las horas no pagadas. Sin embargo, son montos irrisorios", dice Hugo Visosa. "Incluso, Ripley llegó a decir que su sistema de cómputo había perdido la información sobre la marcación de asistencias y que, por lo tanto, no había forma de comprobar cuántas horas extras habíamos trabajado", agrega. Otro de los huelguistas, Paul Fernández, apunta: "A algunos, los supervisores nos obligan a marcar las tarjetas de asistencia después de ocho horas de trabajo e inmediatamente nos exigen que volvamos a nuestros puestos. Obviamente no nos pagarán por las horas extras laboradas".

Luis Huamán, operario del almacén de Ripley en Villa El Salvador, testimonia: "Gano 650 soles al mes. Mi sueldo sigue congelado desde hace años. Ingreso a trabajar desde las 7 de la mañana y mi jornada termina a ls 10 de la noche. Por cada hora extra, la empresa me paga 1.80 soles. A veces, hasta dos soles".

Los trabajadores de Ripley tienen la impresión de estar en un túnel sin salida. A pesar de que la empresa ha sido sancionada cuatro veces por el ministerio de Trabajo el 2010, las condiciones laborales siguen siendo las mismas. Fue multada con 72 mil nuevos soles por restringirles a los trabajadores la libre afiliación al sindicato. Tiene que pagar 11,880 nuevos soles por contratar trabajadores bajo modalidad temporal, más otros 47,520 y otros 72,000 nuevos soles por la misma razón por el personal contratado temporalmente en diferentes sucursales de la empresa.

Es que la ley que impera en Ripley es la ley del mercado en la versión Chinochet. "Sindicato" es una mala palabra. "Todos los meses vemos a compañeros salir cuando se afilian al sindicato", dice un cajero. "A un compañero lo ascendieron al área de electrodomésticos, quue es donde más se vende, con la condición de que se desafilie del sindicato. Pero una vez que lo hizo, lo devolvieron a su área", comenta otro. "Nos han prohibido inscribirnos en el sindicato con la amenaza de que no nos renovarán el contrato", agrega alguien más. "Tampoco nos otorgan licencia sindical a los miembros de la junta directiva", dice Mirtha Llanos, secretaria general del sindicato, que tiene cuatro años de creado. "¿Quieres ascender' Entonces, retírate del sindicato. ¿Quieres ser supervisor? Entonces, renuncia al sindicato. Esa es la política en Ripley", agrega Llanos.

"A Ripley sólo le interesa que sigamos en el parámetro de vender y no seamos conscientes de nuestros derechos. Para al empresa sólo somos unos códigos, no somos seres humanos", dice Paul Fernández, otro integrante de la junta directiva del sindicato.

Al segundo día del paro de trabajadores de Ripley, la expresión más común entre los huelguistas seguía siendo la misma: "La empresa no quiere negociar el pliego de reclamos". Y una de las sindicalistas, Mirtha Llanos, ha dicho que el planteamiento más provocador de la empresa ha sido subir en dos soles el monto para movilidad que se otorga a los trabajadores que vuelven a su casa pasadas las once de la noche. "Es decir de diez a doce soles", dice Llanos.

Uno de los huelguistas se acerca para contarnos algo: "Hace años ña empresa me acusó de robo de información sólo porque puse a cargar un MP3 en la computadora de una de las cajas. Quisieron despedirme pero no pudieron porque era trabajador con contrato indefinido". Otro empleado, Guillermo Díaz, dice que la empresa lo acusó por robo de varias cámaras digitales por un monto de 60,000 soles, por lo que está comprendido en un juicio penal. "Ripley tiene seguro por pérdida o robos pero cuando se pierde algo, o cuando nos pagan con billetes falsos, nos descuentan a los trabajadores", señala otro de los huelguistas.

Ricardo Mori Barrera, quien trabaja desde hace 9 años en la empresa, dice que recién cuando la inspectoría del ministerio de Trabajo se acercó a la empresa les pusieron sillas a los módulos de las cajas. "Ripley quiere que atendamos parados. Entonces trabajas doble, como cajera y como vendedora de atención al cliente. Y no contentos con eso, nos obligan a vender seguros por accidentes", cuenta Miriam Alvarado. "La amenaza es: si no vendes, no te renovamos", agrega.

Ripley ha crecido durante los últimos catorce años y ahora tiene 16 tiendas en Lima y otras en cuatro provincias. "Ripley tiene dos discursos. Por un lado, se muestra hacia el cliente como una empresa arrolladora y lujosa, y por el otro, le dice al trabajador que hay pérdidas y que por eso no puede atender reclamos", informa el cajero Giancarlo Cornejo. Lo cierto es que Ripley suele promocionarse en sus notas de relaciones públicas haciendo anuncios como este: "Continuando con su expansión en Perú, la empresa realizó una inversión de 25 millones de dólares en tres nuevos locales". O este otro: "La empresa tiene previsto invertir 1.136 millones de dólares en sus proyectos de Perú y Chile".

Ripley fue citada ante la Comisión de Trabajo del Congreso el año pasado pero el gerente corporativo, Sergio Collarte, no acudió alegando que la ley no obliga a las empresa privadas a ser citadas por el Estado. "El Perú no es una chacra para que vengan a hacer lo que quieran", dice uno de los sindicalistas. Ellos consideran, además, que el ministerio de Trabajo está pintado en la pared: "Es sólo una instancia administrativa. Lástima que varios de mis compañeros tengamos que recurrir hasta el Poder Judicial para arreglar nuestros problemas. Como sabemos, los juicios en este país duran una eternidad", señala Mirtha Llanos, secretaria general del perseguido sindicato. Ripley no ha cedido un centímetro. Los funcionarios de la empresa no aceptan reunirse con los representantes de los trabajadores. Esperan que el ministerio de Trabajo convoque a una reunión. Como las muchas que han habido en los últimos años. De Ripley.

"Guerra declarada" por César Hildebrandt

(Confieso que este artículo a pesar de puntual y objetivo también me ha parecido jocoso. Hasta dónde puede llegar el cinismo de algunas personas, es increíble.)

Artículo de la sección GIROS del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 66.

Guerra declarada
Análisis de un discurso que puede llegar a ser histórico si no resulta contradicho por la acción del gobierno


Ollanta Humala debe haber leído recientemente manuales de guerra, esos que subrayan que la sorpresa es factor clave en el desenlace de las batallas.
Eso de invocar a los manes de 1979 para juramentarse simbólicamente fue el típico ataque que nadie esperaba.
¿Fué legítimo?
Fué una provocación. Y quizá hasta una frivolidad irresponsable. Pero lo cierto es que, por primera vez en muchos años de respirar apenas en el cementerio de lo correcto, sentimos que algo se movía, que algo estaba pasando, que alguien dejaba de hablar a media voz.
Y la verdad es que funcionó. Bastó oír, casi de inmediato, a las señoritas y señoritos que aspiran a ser personajes de Proust y sólo llegan a ser empleados de cualquier Crousillat, para entender que Humala había dado en el blanco.
¡Cómo se horrorizaron las señoritas y los señoritos! "No me ha gustado nada esto", decía un exlobista de alguna burundanga en los tiempos de Fujimori. "Es preocupante", remachaba una señora que es la Perry Mason del rivagüerismo sin naftalina.
¿Y Martha Chávez, ese delicado ser que insultaría a las placeras si placera se le llamara? Pocas veces me he avergonzado tanto. Pero -debo decirlo-, pocas veces he disfrutado tanto asistiendo a una rabieta como la que nos regaló la señora Chávez al mediodía del 28.
Era una escena de Almodóvar ver a ese súcubo (que permanecería en el más estricto estado de virginidad) gritando en nombre de los fueros constitucionnales. Ella, que fue secuaz sin límites de quién burló la constitución verdadera, creó circo de mercenarios para producir la que permitió la dictadura liberal que padecemos y que ayudó a disolver el Tribunal constitucional cuando fué incómodo, ¿ella hablando de una constitución herida por omisión?
El discurso de Humala, más allá de la demagogia y las decepciones, fue importante. Tuvo un espíritu de renovación, un aliento de largo plazo, un propósito de enmienda nacional.
No fue en vano que citara a Víctor Andrés Belaúnde, a Haya de la Torre, a Mariátegui y a Basadre: compuso con ellos un relato de lo que no hemos podido ser, de lo que deberíamos aspirar a ser.
Y lo que avizoramos no fue una utopía siniestra, hecha por caudillos reiterativos y supresión de derechos, sino un país afinado por la concertación.
Esa fue la grandeza y la debilidad del discurso. Porque humala tiene que entender que la voluntad de armonía a la que él apela y que para su proyecto resulta imprescindible no es algo que le van a regalar sus enemigos.
La derecha ha empezado ayer una guerra santa. Ya tienen a su Sarah Palin, o sea Martha Chávez, su Fox News, es decir todos los canales de la TV, y sus innumerables operadores medianos y menores. El objetivo de esa guerra será revocar el mandato de Humala. El plan B es el de hacer imposible la gobernabilidad a partir de un congreso aceitado por la Confiep y la Sociedad de Minería. El C es sembrar tal campaña de terror que Humala, como ya lo ha hecho, retroceda y decida ser el gerente de la Cruz Roja y no el presidente de un país que necesita cambios.
De esa guerra fueron anticipo la conducta del fujimorismo en manada y la virulencia de los comentarios de algunos diarios y casi todas las televisiones.
Lo mejor de las palabras presidenciales se dedicó a las grandes metas: reparar injusticias, restablecer el diálogo, construir una nueva convivencia entre peruanos, sancionar de verdad la corrupción, legitimar la democracia con la inclusión de los más pobres.
Respecto de la economía, se confirmó el respeto por la disciplina fiscal, la conservación de un modelo de economía de mercado abierta al mundo, la creación de un Consejo Económico y Social.
Pero también se habló de aquello que horroriza al palco del señoritismo: aumento del salario mínimo en 150 soles y en dos partes, creación de una línea aérea de bandera, apoyo a lo que queda de Electroperú, renacimiento de Agrobanco y negocación para recuperar el lote 88 y para imponer tasas tributarias nuevas a las sobreganancias de la megaminería.
En el medio quedan los programas sociales, los alivios de urgencia: ancianos, jóvenes y niños que se verán asistidos por la mano de un Estado que Humala definió como "no intervencionista pero tampoco mínimo y débil".
"Vengo en son de paz", dijo el nuevo presidente. Los que lo odiaban de antemano y ahora lo odian más que nunca afilaban sus lanzas y secaban su pólvora.

"Good bye, doctor García" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MUNICIONES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N° 66.

Good bye, doctor García

Se fue usted de palacio siendo coherente con sus modales y su sentido del coraje: no acudió a entregarle el relevo a quien, a pesar suyo, había ganado las elecciones.

Ahora, gracias a ese gesto, muchos habrán visto recién qué trémulo personaje se esconde detrás de ese gigante de vinilo que quiere mirarnos desde el morro solar. Porque a mí no me engaña, doctor García: ese Cristo es usted. Es decir, su enfermedad.

No ha hecho usted un gobierno apocalíptico como el que hizo la primera vez. Lo que ha hecho es administrar, con un gran sentido de la oportunidad, el envión de prosperidad que nos viene, fundamentalmente, del precio internacional de los minerales.

Pero tras su gobierno el Perú no es más país, las instituciones no se han fortalecido, la marginalidad de millones no ha cesado, el Estado no se ha rehecho.

Usted ha tenido millones para invertir. Pero el sur del Perú nos mira de reojo, Bagua espera con miedo y los pobres del país -que no son el 31 por ciento, como mienten sus cifras- permanecen en sus guetos.

En suma, hay muchísimos más cemento pero la misma desintegración nacional, la misma incapacidad de involucrar a todos en un proyecto de país reconciliado.

Con usted, doctor García, las desigualdades se han acentuado y la riqueza extrema (sí, existe) se ha centrado más que nunca.

Si Basadre estuviera vivo diría que hemos perdido otra oportunidad y que otra prosperidad falaz pasará delante de nuestras narices. Porque el Estado empírico y el abismo social -los dos grandes males que él diagnosticara- nos siguen persiguiendo.

Claro, a usted estas consideraciones no le importan. Le interesa más, como a Odría en la derecha y a Belaúnde en el centro, "la obra".

Pero el cemento, los rieles, los colegios se vuelven anónimos con el tiempo y los años los agrietan, oxidan y minan.
Son las obras de espíritu, las grandes ideas, las visiones generosas y la honradez las que prevalecen. Desde ese punto de vista, doctor García, usted es excepcionalmente perecedero.

Martí no levantó una casa, Bolívar destruyó muchas en su noble guerra, San Martín no inauguró ni el balcón desde donde pronunció su discurso fundador. ¿Y Thomas Jefferson? Firmó la declaracación de independencia de los Estados Unidos y fue un republicano predicador y convincente. ¿Qué inauguró? Nada. Se limitó, eso sí, a fundar la histórica Universidad de Virginia. Y todos ellos viven junto a nosotros todavía. Viven tanto como murió Woodrow Wilson que inauguró el Canal de Panamá a las 150.000 que usted dice haber levantado en cinco años.

Hace tiempo que usted, doctor García, renunció a todo aquello que amó en su juventud. No hay en usted ni un asomo de las ideas que lo encendían. Usted no solo ha cumplido años en estas décadas: ha tenido que olvidarse de quién fue, ha asistido, con gran serenidad y mucha elocuencia disimuladora, a sus propios funerales. Y quien nos ha gobernado este lustro es lo que quedó de usted cuando hizo las sumas y las restas que acabaron por perderlo.

Produce nostalgia recordarlo, doctor García. Era usted brillante, pobre de solemnidad, desprendido como Haya, honrado como quienes murieron en Chan Chan.

Esa promesa viviente empezó a morir en 1985, cuando usted acumuló sus primero dineros de inexplicable origen. Terminó de morir en estos cinco años en los que usted ha rodeado sus proezas financieras. Adiós, doctor García. Hasta el 2016.

"No nos libramos del asco para esto" por César Hildebrandt

Artículo de la sección MATICES del semanario "Hildebrandt en sus trece" N°64.


No nos libramos del asco para esto

¿Tan angurriento es este Alexis Humala que no espera a que su hermano sea oficialmente autoridad para ir en su nombre y presentarse a tentar negocios en la Federación Rusa?
Ollanta Humala tiene una familia extraña. Tiene un padre racista que cree que ser blanco es un pecado peninsular y ser cobrizo un mérito tupacamarista. Tiene una santa madre que, con tanta ingenuidad como puritanismo, dijo alguna vez que si por ella fuera los homosexuales terminarían en el paredón. Tiene un hermano que está en la cárcel porque se creyó Robespierre a mano armada. Tiene otro hermano que lo odia desde las vísceras de la envidia. Y tiene, por último, a Alexis, este CEO de una empresa palaciega que ya ha imaginado, este intermediario de futuras suculencias.
Lo que el presidente electo tendría que hacer es divorciarse de su familia. O, por lo menos, olvidarla por los próximos cinco años.
No es eso, sin embargo, lo que ha insinuado con sus últimos gestos.
Esto de callarse no es fraterno. Es tenebroso.
Y no se trata de exagerar ni de sumarse a los cargamontones de la derecha.
De lo que se trata es de recordarle al presidente elegido por qué muchos optamos por defender su candidatura.
Lo hicimos porque la otra opción era un asco. Y porque era necesario limpiarnos de García, creativo sucesor del asco, albacea del fujimorismo.
Evitamos así que la hija de un monstruo reingresara al poder. Y le quitamos a García el goce que sus amigos de Fuerza 2011 lo protegieran desde el poder.
Matamos así dos pájaros de un tiro.
Pero no nos libramos de Keiko ni nos sacudimos de Caco, el del morro, para que venga Alexis a paletear a la señora democracia, a meterle la mano a la transición, a mearse en el propósito de cambio, a "hacerla" con alfombra roja y cónsul al lado.
No sólo votamos por la familia del presidente electo. Votamos a pesar de ella. Y ni sabíamos de la existencia de este Alexis negociante con cara de licitación y ganas de pendejo.
De modo que estamos preocupados. Sobre todo porque hemos visto al presidente electo huir de la prensa, callarse, salir por puertas falsas. Como si no tuviera que dar explicaciones. Como si ganar lo hubiese puesto por encima del bien y del mal. Como si fuese un imitador de García.
Y la pregunta es ¿por qué?
Si Alexis fue por su cuenta, ¿a qué le teme el presidente electo? Y si no fue por su cuenta sino por encargo, ¿qué oculta este presidente que ha prometido la fumigación del país?
El cuento de que Gana Perú envió al tal Alexis es de risa. Gana Perú no es nada más que Blanca Rosales contestando el teléfono y una sala de estar donde despachan los allegados del presidente electo, con la señora Nadine a la cabeza.
Y nadie puede creer que Alexis, este emprendedor de manual, va a ir a Rusia a hablar con grandotes de la política y la economía sin el consentimiento del presidente, que encima es su hermano mayor.
Quiero creer que Ollanta Humala autorizó el viaje que el entusiasta Alexis le propuso. Y metió la pata. Y para no reconocer que la fregó, no habla. ¿O no fue así? ¿O fue Ollanta quien lo envío? Me da un escalofrío de sólo pensarlo.
Ahora bien, si solo fue un permiso, ¿cuáles fueron los límites impuestos o acordados?
Gazprom quiere ampliar sus inversiones mundiales. Los pesqueros rusos quisieran volver a estar aquí. Los vendedores de armas quizá sueñen con regresar a los tiempos de los T-54 y de los Mig (¿de Hermoza Ríos y Montesinos?).
"Mira qué puedes ir sondeando en materia de cooperación". ¿Eso fué lo que dijo Ollanta?
¿O es que Alexis escuchó otra cosa? algo así como: "Tienes cancha libre".
El asunto huele mal. Siento decirlo, pero huele mal. Mientras más silencio, más olores.
Huele tan mal como eso de estar desmontando, tuerca por tuerca, el prometido programa del cambio tranquilo y con crecimiento inclusivo. Tan mal como eso de prometerle gas a chile, continuidad servicial al Brasil. Tan mal como eso de permitir que la derecha vuelva a creer que es ella la que pone la agenda, la que dicta la lista negra, la que asusta con éxito.
Hace varios días que Ollanta Humala debió decir que a él no habrá hermano que lo tiente, ni dinero off shore que lo preserve, en el futuro, de las pellejerías de la honradez.
Que mire bien a Alan García. que lo mire dos veces.
García era el Humala de 1985, la encarnación del cambio, la promesa que la higiene le hacía a la política peruana.
Que mire en qué terminó todo. Que recuerde de dónde viene la fortuna de este timador que se cree Cicerón pero es García, que se cree Castelar pero es Aznar, que se cree Haya de la Torre pero es Mantilla.
Sí, señor Humala: es posible que el poder pudra, que la plata llegue sola, que la política sea la inmundicia en la que García surfea con cara de loco.
Tenga cuidado.