Es casi tradicional que los jefes, dueños y/o gerentes de empresas, por Navidad, realicen un almuerzo con su personal como una especie de "compatir" y todo lo "ameno" que pueda representar. El viernes salí temprano de trabajar en el cliente porque en la empresa donde trabajo se organizó este tipo de ceremonia bajo el mismo motivo.
Dado que por correo me avisaron al último momento donde iba a ser el encuentro, (yo pensaba que era en la misma oficina) salí casi a los apuros con tal de llegar puntual a las 2:30 pm. Luego de 2 o 3 preguntas a los policías de seguridad, a pesar de las vagas referencias, me dí con la sorpresa que el punto de encuentro en cuestión era un restaurante de 3 pisos cuyas entradas no había persona alguna, solo escaleras. No sabía que hacer, y ya viendo en mi reloj que habían pasado cerca de 5 minutos después de la hora pactada me arriesgué a subir las escaleras con cierta timidez, al llegar al segundo piso dí con una habitación grande donde un buen grupo de personas, instaladas en sus mesas, se encontraban en una tertulia, quizás, como a modo de espera a que le traigan la comida.
Me acerqué a la recepcionista y le pregunté por el nombre de mi empresa, me dijo que suba al tercer piso porque "había gente que está comiendo". Yo estaba preocupado, quizás me dije que todos ya estarían almorzando y yo sería el único de la empresa que me estaría ganando el título de "EL TARDÓN".
En efecto, se encontraba ahí la gente de la empresa, pero para mi sorpresa, aún faltaban personas y todavía no estaban comiendo. "Holas" por aquí, "holas" por allá, en fin. Se produjo el encuentro.
Luego de alguna que otra tertulia y ya los invitados restantes iban llegando se empezó el almuerzo cerca de las 3:00 pm. La carta:
- Entrada: Causa, tequeños, y otra cosa que no recuerdo.
- Segundo: Tallarín Saltado, Asado de res, Asado de cerdo.
A pesar de que la carta mencionaba que los asados estaban acompañados con "arroz árabe", cosa que nunca probé en mi vida, el mozo dijo que solo tenían arroz blanco. "Bueno, bueno, jeh!, no importa".
- Postre: Crema volteada, fruta, y otra cosa que tampoco recuerdo.
Hagan su pedido.
Previamente, nos habían servido gasesosa helada y pisco sour. El momento de la "entrada" así como vino se fué, unos con sus causas, otros con sus tequeños, en fin. Fué en el momento del segundo uando casi todos se dieron una sorpresa con los respectivos platos que habían pedido. ¡Oh sorpresa! Todos los asados de res y cerdo tenían el famoso "arroz árabe", era como una especie de arroz chaufa pero sin la cebolla china, ni la carne, ni el huevo, sólo pasas. Algunos comentaban que el "arroz árabe" es dulce pero en este caso no tenía nada de dulce, sino un gusto a...quemado. Me daba la impresión de que era el arroz que habían "rasqueteado" de las ollas. Muchos no quedaron contentos, ¿el tallarín? bueno, según escuché el comentario, las cebollas estaban cortadas demasiado gruesas :S
Pero la cosa no quedó ahí, durante unos minutos los mozos anunciaban que ya no había crema volteada sino helado y frutas, yo aún me quedé con la fruta. Y luego, ¡oh sorpresa! No había helado, solo fruta, duraznos en conserva y...CREMA VOLTEADA. Y luego de otros minutos, ¡oh milagro! a uno le trajeron...HELADO!.
La situación ya era algo cómica, los comentarios no se hicieron esperar: "Amigo, sincérate pe', ¿que cosa tienes?" "No sé porque pidieron aquí, mejor vamos al Bembos" "Vamos!" "Gracias por la entrada" (en alusión a toda la comida). "Ese helado, de seguro compraron un Donito y lo aplastaron en la copa"
Claro, estos y demás comentarios eran entre ellos. Por fin, luego de esa experiencia la cual sólo la causa y la fruta me fueron satisfechos, salimos del local no sin antes recoger sus caramelos y mondadientes de cortesía. "Suave, esos caramelos están vencidos.", mencionó uno.
Ahí nomás, gracias.
Y luego terminamos en la oficina la cual el personal la siguió jugando sus jueguitos, charlando, etc. Yo fuí el primero en salir (por suerte), porque ese día era el cumpleaños de mi madre. Buena excusa ;)
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