Esta obra instrumental recrea el momento histórico y nefasto del ataque nuclear a Hiroshima el 6 de Agosto de 1945 por los Estados Unidos. Merece los adjetivos de intensa, dramática e incluso catastrófica y sin embargo muy sobresaliente y digna de admirarse, transmite cierta inquietud y temor al público; la imaginación fluye y vienen a nuestra mente imágenes de desesperación, ruina, destrucción, muerte, sirenas, voces, radiación.
A pesar de su profundidad también nos lleva a la reflexión de cuán cruel puede llegar a ser el hombre.
En 1964 Penderecki escribió: "Dejé en el treno expresada mi firme creencia que el sacrificio de Hiroshima nunca será olvidado y abandonado".
Saludos.
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